Toledo Gutiérrez administra Coyoacán al estilo de la dictadura pinochetista

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Sin escrúpulos, ni compasión ante nada ni nadie, y ninguna visión política, Toledo Gutiérrez, El Tomate, por su ignorancia y ambición, hace cosas como extorsionar a un empresario por la apertura de una gasolinera, o pedirle a su personal de estructura el veintezmo de su salario con lo cual obtiene casi un millón de pesos mensuales.

Toledo Gutiérrez, mejor conocido como El Tomate, tasa todo en la demarcación. Por una manifestación de construcción se deja pedir 800 mil pesos, y a los giros negros y chelerias los tiene en renta, y cuando las clausura para reabrirlos les pide 400 mil pesos. El comercio ambulante, es un río de dinero que lo cobran personas ajenas a la delegación Coyoacán.

De acuerdo a información recabada por Vorágine de servidores públicos y vecinos, quienes prefieren omitir sus nombres por cuestiones de seguridad, a Toledo Gutiérrez le gustan las drogas, las traiciones e incumplimiento de acuerdos políticos y privados, y goza de total impunidad al grado de que el asunto del cohecho en contra del empresario gasolinero, el hilo se rompió por lo más delgado, pues a quien consignaron al reclusorio Oriente fue a su ex secretario particular, Eduardo Ramírez Vallejo.

Los vecinos coyoacanenses acusan a Toledo Martínez y sus progenitores chilenos, Nelson Toledo y Rosa Clementina Gutiérrez, de actuar igual que el dictador Augusto Pinochet al golpear, amenazar y vejar a población, valiéndose de mentiras, hacen creer que llegaron a México como exiliados cuando la misma comunidad de su país los identifica como “golpistas”.

Y para muestra un botón: Su madre coordinó los Culhuacanes por varios años y despidió a personal discapacitado y de la tercera edad injustamente, tratando a los trabajadores con prepotencia e intolerancia.

Una fuente de Basta! responsabiliza a Toledo Martínez de la presunta extorsión en contra del empresario gasolinero Manuel Dacosta Aldir por tres millones de pesos para reabrir su estación de gasolina, pero que, por ignorancia y ambición, aceptó ese dinero, sin conocer que a menos de 100 metros hay un pozo de agua potable que surte a la población de la zona de Culhuacanes, y con un litro de gasolina que le caiga, deja sin el vital líquido a la comunidad.

Como siempre, el hilo se rompe por lo más delgado, y quien va a pagar por ese hecho es su secretario particular Ramírez Vallejo, quien fue consignado al reclusorio Oriente por el delito de cohecho en contra de Dacosta Aldir.

A la vieja usanza política, Toledo Martínez, de acuerdo a nuestras fuentes, pide a sus 150 empleados de estructura el veintezmo de su salario mensual, por lo que obtiene casi un millón de pesos. Aunque algunos de sus empleados como María Mirosalava García Suárez, coordinadora de asesores, se niega a entrarle con el 20 por ciento de su salario.

Aunque, dicen que la delegación la maneja su papá de Toledo, el jefe delegacional sin escrúpulos ni visión política ni tampoco compasión ante nada y nadie, cuando llega en estado inconveniente, y pide a uno de sus subordinados que le traiga un refresco de la tienda y éste se niega, de inmediato lo despide. Lo mismo ocurre cuando solicita una opinión a uno de sus supeditados y escucha lo que no quiere oír.  

Las fuentes aseguran que la corrupción en Coyoacán está a todo lo que da con Toledo Martínez a la cabeza, pues una manifestación de construcción la otorgan entre 500 mil y 800 mil pesos, según el sapo es la pedrada. Los giros negros los reabren hasta en 400 mil pesos y las rentas son de 50 mil pesos mensuales, y una estructura paralela a la delegación cobra los “entres” del comercio ambulante cada jueves.

El director general Administrativo en Coyoacán, Miguel Ramírez Pérez, trae todos los contratos y por cada uno piden entre 10 y 30 por ciento a los proveedores, sino no hay negocio, dicen las fuentes de este portal. Para repartir culpas, revelan las fuentes, el director de Gobierno, Francisco Mendoza, controla los contratos de alumbrado público y edificios  públicos. 

Por si fuera poco, trae compromisos pendientes desde las elecciones pasadas, pues El Tomate recibió dos millones de pesos para su campaña de los empresarios Fuerza Automotriz y cambio les iba a dar contratos, los cuales no los ven por ningún lado. También un ferretero está en la misma situación y es fecha que no ha cumplido sus  compromisos Toledo.

El ahora jefe delegacional, según estimaciones, el voto lo compró en 500 pesos en las pasadas elecciones del 2012.

Y de que la perra es brava hasta a los de la casa muerde, pues el jefe delegacional también incumplió entregarle como “cuota” a  René Bejarano, dirigente de Izquierda Democrática Nacional (IDN), la dirección general de Participación Ciudadana, y para ello compró al bejaranista Amado Robles, quien aceptó la coordinación de asesores por los meses de noviembre y diciembre y luego los despidió.

Así andan las cosas en la delegación Coyoacán y a pesar de las denuncias de vecinos y servidores públicos, tal parece que Toledo Martínez y familia se fortalecen más.