CEDA intenta volver a su “normalidad” comercial mayorista con precios elevados en medio del contagio de coronavirus en CDMX

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Bodegueros y empleados aceptan existencia del virus otros la niegan

Por Javier Ramírez

Ciudad de México, México.— Con un brote de coronavirus supuestamente controlado de hace días que dejó contagios y muerte, la vida comercial de la Central de Abasto (CEDA), el mercado mayoristas más grande del mundo, en la ciudad de México, entre bodegueros y empleados con 500 mil visitantes va entre la incredulidad y existencia del virus letal, precios elevados de los perecederos y granos, e intento de maltratos de los comerciantes al consumidor sin que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) haga nada.

En un recorrido por el gran mercado mayorista, a cargo de Héctor García Nieto, se ve que está volviendo a la “normalidad”, luego de que un buen porcentaje decidió bajar sus cortinas ante la propagación de la pandemia, pues durante mucho tiempo la sana distancia nunca se respetó y pocas medidas preventivas.

Por eso los contagios en varios de sus andadores en especial en la “OP” con un saldo de varios muertos. En un oficio del 15 de abril pasado, García Nieto hizo saber a toda la comunidad de la CEDA las medidas de emergencia sanitaria.

En los andadores de la CEDA se nota la presencia de hombres vestidos de blanco con botellas de gel que ofrecen a los consumidores. El horario de servicio es de 9 a 3 de la tarde, porque, dicen algunos comerciantes, en la tarde lavan los pasillos y sanitizan la CEDA.

En charla con bodegueros y empleados de varias bodegas, algunos reconocieron la existencia del contagio por coronavirus por la falta de medidas de prevención. Muchos andaban sin cubreboca, recordó un participante, por esos los contagios como en los andadores “KL” y “OP” que fue en donde más se presentaron contagios y varios muertos.

Otro empleado, rechazo la existencia del virus, y culpó al gobierno de querer fregarnos con “ese invento del virus y quitarnos lo poco que tenemos”.

Y en cuanto a los precios, también el recorrido se vio precios elevados. Por ejemplo, en la zona de la subasta el manojo de espinaca se cotizó en 100.00 pesos, la col rondó en los 20.00 pesos. Los comerciantes, el kilogramo de brócoli lo vendieron hasta en 15.00. El champiñón tuvo un costo de 50.00 por kilogramo.

Los abusos de los bodegueros en el aumento de los precios de los granos y otros productos está a la orden del día. La nuez criolla se cotizó en 130.00 pesos el kilogramo, la pasa en 50.00 pesos. La chía, está en 65.00 pesos el kilogramo, el frijol peruano se vende en 40.00 pesos el kilogramo, el garbanzo en 36.00 pesos el kilogramo, el arroz “ole” se venden en 25.00 pesos el kilogramo, y la avena en 22.00 el kilogramo.  El huevo tuvo un precio de 30.00 pesos el kilogramo. La Profeco brilla por su ausencia para tomar cartas en el asunto.

Y los abusos no paran. Además del intento de maltrato a los consumidores y no tener las básculas a la vista, los comerciantes abusan en aumentar los precios. El aguacate se vendió este jueves en 55.00 pesos, la papaya maradol costó 17.00 pesos el kilogramo, el melón de torreón, por pieza, costó 30 pesos, la piña, también por pieza, tuvo un valor de hasta 25.00 pesos.

Con ese panorama, los bodegueros de la Central de Abasto con ventas anuales de 9 mil millones de dólares, tratan de recuperar sus ventas sin dejar de abusar de los consumidores y la Profeco bien gracias, en medio de una pandemia de coronavirus que no tienen para cuando terminar.