Ingobernabilidad, problemas sociales, inseguridad, falta de infraestructura y muerte una constante en Ciudad de México, Iztapalapa y la zona de Cabeza de Juárez

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Por Javier Ramírez/I

La ingobernabilidad, problemas sociales, inseguridad, negociaciones al margen de la ley, deterioro urbano, comercio informal en plenas vialidades, delincuencia y muerte es una constante en la Ciudad de México, en Iztapalapa  con una de las concentraciones humanas más importantes a nivel mundial, y la zona conocida como Cabeza de Juárez, cuya zona fue abandonada por más de tres décadas por los gobiernos priístas y perredistas, y ahora los morenistas, a cargo de la alcaldesa, Clara Brugada, pretende resanar un daño irreversible para la comunidad.

La zona conocida como Cabeza de Juárez ha sido una pila de agua bendita para supuestos líderes de organizaciones, autoridades y comerciantes ambulantes. Las mismas autoridades se han servido con la cuchara grande los terrenos existentes en la zona. Claro ejemplo fue el predio  que le quitaron a la deportiva Francisco I Madero y que ahora ocupa la Central Camionera de Carga.

Luego sustrajeron otra extensión de terreno de ese deportivo para dar paso a otras unidades habitacionales por lado de la Avenida Guelatao, y luego la misma Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, ahora Fiscalía de la CDMX, se ha intentado apoderar del estacionamiento que corresponde a la deportiva Francisco I Madero, y un espacio más que ocupa un depósito de vehículos de la Secretaría de Movilidad de la CDMX.

Y es que los priístas ofrecieron en los ochentas un plan de desarrollo urbano de la zona, pero nunca hicieron absolutamente nada. Eso, sí, empezaron a llenar de asentamientos, algunos irregulares como los grupos de Elí Homero Aguilar, parte del entonces del Frente Popular Francisco Villa (FPFV), de los Villanueva, Aquél se asentó en la zona conocida como los Frentes e invadió una buena parte de las aceras de la deportiva Francisco I Madero y de la Montada en la calle Prolongación Plutarco Elías Calles, su misma gente de Aguilar, invadió y construyó inmuebles de manera irregular en la deportiva en la esquina de Calle 3 y Telecomunicaciones  con la venía del regente desaparecido Manuel Camacho, quien decidió cederles espacios a todos aquellos que invadieron Lomas del Seminario en el Ajusco.

El mismo Camacho también permitió la invasión de lo que fue parte de la Escuelas de Estudios Superiores  Zaragoza (EESZ), ahora FESZ, por David Mendoza Arellano, quien se separó del FPFV y formó el Frente Popular Independiente (FPI), quien prácticamente ejerce un estado castrense en contra de sus agremiados. Nadie puede ni siquiera estar a las afueras de sus moradas.

Eso sí, los jóvenes enviciados de ese asentamiento salen y ocasionan problemas en las unidades habitacionales que visitan. A plena luz del día se emborrachan y se drogan en las áreas comunes de la Unidad Cabeza de Juárez 3 sin que ninguna autoridad haga nada al respecto, pese a que, según la alcaldesa Brugada, hay policías auxiliares para dar mayor seguridad en la zona.  Todo parece una simulación.

Luego con los gobiernos perredistas, empezando por Cuauhtémoc Cárdenas, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, quien en una barda de la esquina de calle 3 esquina con Telecomunicaciones, hizo saber a la comunidad que se instalaba un asentamiento humano y han construido también de manera irregular sus supuestas moradas en el estacionamiento de la deportiva Francisco I. Madero que también al parecer llegó para quedarse. Sin que ninguna autoridad haga nada por recuperar esos espacios.

También en aquellos tiempos llegó Antorcha Popular con sus asentamientos irregulares en Emilio Azcárraga y Enrique Contel y en un predio instalado a un lado del ISSSTE Zaragoza y un asentamiento en lo que se conoce como Florida. Todas esas concentraciones, rodearon a las unidades habitacionales de Cabeza Juárez, cuyos habitantes han vivido un auténtico infierno por esa población asentada de manera irregular en la zona. Algunos vecinos dicen que son cuevas de delincuentes y viciosos y han generado problemas de inseguridad, atracos y problemas sociales para los residentes de las unidades habitacionales de Cabeza de Juárez.

Los delegados perredistas René Arce y Dione Anguiano, ambos compadres enemistados hasta donde se sabe, entregaron las calles de la zona a supuestos líderes de comerciantes que ahora hacen y deshacen. A tal grado, que actualmente Brugada no puede construir la acera oriente de Emilio Azcárraga, entre Enrique Contel y el mercado, ya que el ex perredista, Eduardo Mendoza junto con su hermano David, tiene invadido de comercio informal ese espacio y no hay autoridad que los pueda mover.

Esa acera tiene más de 30 años de que no se ha podido llevar a cabo. Y la ocupación del comercio informal sigue su marcha con la venia de las autoridades pasadas en Iztapalapa como ahora en la vialidad de Emilio Azcárraga y en la acera de calzada Ignacio Zaragoza, esquina con Guelatao, en donde se instalaron grupos de buhoneros a un lado del bazar “Guelatao” que Camacho hizo para reordenar supuestamente el comercio informal. Anguiano llegó a tal extremo que utilizó ese deportivo como bodega de la Nissan de Zaragoza, y nunca se supo cuánto cobro por ese supuesto servicio.

Esa es parte de la historia de los asentamientos irregulares, de la inseguridad que ni la policía preventiva, a cargo de Omar García Harfuch ni el personal de la policía de investigación, a cargo de la fiscal capitalina, Ernestina Godoy, hacen nada para frenar la violencia, la venta de droga y delincuencia armada en la zona, además de los problemas sociales y un fin de vicios en la zona.