Ha trascendido en medios y cuartos de baño en Spa’s de Acapulco la inusual alegría del otrora adusto u hosco Luis Videgaray Caso; me dicen en el Cisen que esa extravagante algarabía deviene de que el presidente Enrique Peña Nieto dijo a su amigo el Virrey Güicho, que al fin dejará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para ir a Gobernación.
En tanto, el destino de Miguel Osorio Chong está en chino, pues, duda en presidir el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional o asumir la embajada de Toluca en Washington o de plano reconvertirse en alto comisionado para la Paz, la Prosperidad, la Felicidad y la Seguridad del estado de Guerrero.
Sin embargo, los designios presidenciales no siempre son posibles, ya que esta noche o más tarde –a las tres de la mañana*– Manlio Fabio Beltrones Rivera y Díaz-Brown puede asumir la presidencia del CEN del PRI.
Manlio y sus estilo críptico de hacer política, hace recordar al columnista la sucesión presidencial en 1975, dada la forma personal de gobernar de Luis Echeverría Álvarez; el preferido en las encuestas era el entonces secretario de gobernación, Mario Moya Palencia que había llegado ahí por liderar la juvenil Plataforma de Profesionales.
A los 25 años de edad, este columnista recién graduado de abogado, acababa de ser apadrinado en la UNAM por el secretario de gobernación e incluso yo colaboraba en la asesoría áulica del septuagenario gobernador de Guerrero Rubén Figueroa Figueroa, quien dijo a este memorioso escribidor:
“…joven amigo, no me venga con la ingenuidad de que el nalgón Mario Moya Palencia será candidato presidencial; el tapado es mi compadre Pepe López Portillo…”
–Seré curioso don Rubén ¿Por qué odia a mi padrino y lo ofende diciéndole nalgón?
–El gobernador me replicó:
“No es ofensa, sino mi defensa ante la ofensiva de Mario, que le dio las nalgas a los científicos neo-porfiristas (profesionista de su aludida Plataforma, antecesores de los tecnócratas); ay ese secretario, si hubiera tenido como aliados a los campesinos y a los obreros, en vez de los profesionistas perfumados; uy, si Moya Palencia se auto-destapara a las tres de la mañana* en el edificio sede del CEN del PRI, nadie lo pararía; es que a la hora del pendejo* ni el viejo mañoso de Echeverría puede dar un puto dedazo.”
