Ha trascendido en medios y cuartos de anulaciones matrimoniales en El Vaticano que no existe demanda de la actriz para anular su boda religiosa con el güero, celebrada en una playa de Acapulco y oficiada en una misa católica, por un sacerdote que habría sido ordenado en la diócesis de Papantla.
Que las cláusulas contractuales prenupciales entre la actriz y el gobernador, no se encuentran inscritas en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio, estando de por medio 103 inmuebles, adquiridos por él y escriturados ante la fe del Notario de Tlalnepantla, destacando un compromiso de boda:
$50,000.°° diarios para la esposa, condicionados a que no haga al nuevo esposo lo que ella hizo al güero; tales esponsales o compromisos prenupciales, son inspirados en los concertados en Holywood entre la actriz Catherine Z Jones & el actor Michael Douglas.
Que ese cuantioso patrimonio inmobiliario y ese pago diario, no fueron reportados al SAT, ni a la Secretaría de la Función Pública Federal, mediante la declaración fiscal y la distinta declaración patrimonial, respectivamente previstas en la Ley del Impuesto sobre la Renta y en la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos.
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