Gallina que come huevo…

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ATERRIZAJE
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De plano. Los priístas son como las gallinas que comen sus propios huevos. Se los siguen comiendo aunque les quemen el pico. Y hablan y hablan contra la corrupción, que sólo me recuerdan a un perro que se muerde su propia cola.

Son necios, porfiados, no entienden, no ven, no oyen. Oyen la tempestad y no se hincan. Están viendo cómo está de encabronada la gente en contra del presidente de la república y en contra del PRI y no cambian.

Pura lengua eso de la renovación, de un nuevo pri, de un nuevo equipo que hará ganar elecciones al tricolor. Lo dudo. En 2017 sólo ganarán el Estado de México, Nayarit y Coahuila haciendo chanchullos, comprando votos, usando a los más pobres. Pero si fueran por la buena, perderían los tres estados. Ya nadie los quiere. Y no alcanzan a discernir la realidad, la diferencia. Hay que saber irse suavemente de dónde no lo quieren a uno, cuantimás, como dicen en mi tierra, tratándose de un partido político que toda su vida fue nido de corruptos, aunque hubo sus grandes excepciones que fueron saliendo poco a poco por no ser corruptos como los demás.

Y es creíble que Emilio Gamboa, ya viejo como está, no  haya aprendido aún que si los priístas no cambian podrán seguir en el poder pero a la mala, mediante tropelías mediáticas, mediante sobornos a los votantes, mediante los medios más cochinos de la politiquería. Sólo enseñan el cobre y me confirman que la democracia no existe ni en Grecia ni en ninguna parte, ni aquí. Que la democracia es uno de aquellos mitos geniales de Pedro Aspe Armella. Viejo, viejo, Emilio no aprende. Ahora fue pillado en un helicóptero que aterrizaba en una zona prohibida por el mismo gobierno, el arrecife Alacranes, en el Caribe mexicano. Y el todavía tiene la desvergüenza de alegar que sí viajaba en el helicóptero pero que él no decidió dónde aterrizaría. Para empezar viajaba en helicóptero. Quién pagó el helicóptero. Si sabía que era un territorio prohibido por la Semarnat para proteger la naturaleza que ese es su papel. Y si él no decidió aterrizar ahí, por lo menos le hubiera advertido a su acompañante, que ha de haber sido uno de sus patrones de la clase empresarial, que estaba prohibido aterrizar en ese maravilloso lugar.

Y su equipo de prensa sale con la jalada de que “El Coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, sólo era un pasajero en el helicóptero que aterrizó en un arrecife protegido de Yucatán, por lo cual no pudo sugerir u ordenar dónde despegar y aterrizar. Qué pena. Nadie se los cree, mi querido doctor Héctor Lee.  

Y como nada queda oculto en este mundo de las Tecnologías de la Información y Comunicación, las famosos TIC, las benditas TIC, Gamboa Patrón fue increpado por el hecho en redes sociales, donde lo hicieron papilla (cosa que le importa un pito al dizque yucateco)  por lo que su equipo salió a confirmar que, si bien se encontraba viajando en el helicóptero, no fue quien determinó el aterrizaje en el arrecife. No fue, pero como lo sabemos. ¿Nomás porque su equipo de comunicación lo dice? No, mamita. Tiene que probarlo y ante la Semarnat.

La aclaración de los propagandistas de Gamboa se dio, luego de que circulara un video en redes sociales, donde se capta a una aeronave Bell 412, matrículas XA-EHP, descender sobre el Parque Nacional Arrecife Alacranes, en Yucatán, lo que provocó que se volteara un bote salvavidas de una embarcación cercana. El Parque Nacional Arrecife Alacranes es un Área Natural Protegida que conforma la estructura coralina más grande del Golfo de México. En 2006 se incorporó a la Red Mundial de Reservas de la Biósfera del Programa sobre el Hombre y la Biósfera de la Unesco, pues representa un santuario para 136 especies de peces, 24 de tiburones, cuatro especies de tortugas marinas y 34 especies de corales. Las islas que el arrecife son áreas de anidación para 116 especies de aves, cuatro de las cuales están al borde de la extinción.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente inició una investigación por posibles daños tras el aterrizaje del helicóptero. Pero qué con la investigación. Es una simulación más. A Gamboa no le harán nada. En este país, amigos, cuando escucho que van a crear un sistema nacional anticorrupción imagino un perro mordiéndose la cola.