Los diputados me dan risa

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Cámara de Diputados
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Si alguien no lo sabía, los 500 diputados de la LXIII Legislatura, incluidos los morenos lopezobradorinos, aunque lo nieguen, integran una cámara a modo del antojo presidencial. Una cámara de la simulación del debate y la confrontación ideológica. Ya no hay conciencia. Sólo la ideología, esa que fue concebida por las escuelas goebelianas.

Ayer, por ejemplo, durante casi dos horas los legisladores votaron uno por uno, cansadamente, aburridamente, la instauración de un día nacional contra la desaparición forzada de personas.

Votaron “cilindreados” (manipulados, maiceados), me dijo Javier Ramírez, en pleno apoyo del tema que traen en las manos los “expertos” en mercadotecnia y publicidad de los pinos para resarcir la maltrecha popularidad de Peña Nieto, permanentemente vapuleado por los grandes conflictos económicos, sociales y políticos que lo cogen con los dedos en los goznes de la puerta Mariana.

Los votantes se veían muy modositos a la hora de emitir su voto públicamente. Todos votaron a favor, sin análisis, sin reflexión, simplemente porque se trataba de una instrucción de sus pastores, o sea de sus coordinadores parlamentarios. Sabemos que la orden vino directamente de Insurgentes Norte 59.

Así que ahora tenemos Día Nacional contra la Desaparición Forzada… y no aparecen los que fueron desaparecidos a la fuerza. Son alrededor de 25 mil que registra Gobernación, institución que lleva ya tres años que prometió que los buscaría para aparecer los más que pudiera. Pero la verdad sea dicha, los que han aparecido han aparecido enterrados en cementerios clandestinos.

Abusado el equipo de Peña. Ahora tiene un Congreso a modo para aprobar cuanta iniciativa de reforma legal o de nuevas leyes salgan de la oficina de Peña. El operador sigue siendo y con toda la fuerza del Estado el sonorense quien es la voz y el mando del presidente de la república, lo cual no es malo ni criticable porque el de la población sonorense de Benito Juárez es garantía de “buen” gobierno, o sea a modo de los nuevos principios ideológicos del PRI, el partido que se hace partido cada vez que van a celebrarse elecciones.

La Cámara de Diputados aprobó por unanimidad, con 463 votos a favor, un proyecto de decreto para declarar el 26 de septiembre de cada año como “Día Nacional contra la Desaparición Forzada de Personas” y se turnó al Senado para su eventual ratificación.

Y así como se votó este asunto de las desapariciones, júrelo que pronto se van a echar para atrás las reformas que le permiten al presidente no presentarse ante el Congreso de la Unión a rendir su informe de gobierno. El ordenamiento hacía que los presidentes fueran cada primero de septiembre a rendir su informe desde la tribuna de la cámara, constituida en congreso genral. Pero el culpable de que todo cambiara fue Porfirio Muñoz Ledo, quien fue el primero en interpelar públicamente a un presidente, durante el informe. Fue en 1988 cuando increpó a Miguel de la Madrid, lo que detonó que en informes subsiguientes toda la oposición se volcara a las interpelaciones.

Sin embargo, fue el propio líder del congreso, el perredista Jesús Zambrano Grijalva, quien propuso echar para atrás el ordenamiento que permite que el presidente sólo entregue el texto de su informe para que los diputados lo desglosen en comisiones y luego inviten a los secretarios de estado a abundar sobre la temática del documento.

La propuesta de Zambrano está siendo secundada por todas las fracciones parlamentarias. La idea no es que la oposición interpele a Peña, sino que éste tenga una oportunidad cada año de los que le quedan como inquilino de la residencia de los pinos para lucirse ante el congreso general integrado por diputados y senadores.

Y por donde le busque, por donde le pinche. Este congreso fue hecho, desde los chanchullos en las urnas, avalados por el INE, para que el presidente se luzca.

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