Ha trascendido en medios y cuartos de guerra sucia que a finales de 2014, el senador ARMANDO RÍOS PiTER fue secuestrado y torturado, para que aceptara cuando fuera gobernador de Guerrero, que tres cargos los asignara a sus secuestradores del EPR; el legislador aceptó el trato y se le liberó, pero reculó ya bajo resguardo del Estado Mayor Presidencial; Armando no quiso ceder las secretarías de Finanzas, de Seguridad y de Obras.
La fuente de la información rememora que en el año 1974, el entonces senador RUBÉN FIGUEROA FIGUEROA fue secuestrado en Guerrero por la guerrilla que comandaba el profesor Lucio Cabañas Barrientos, tras 108 días fue liberado.
Cuarenta años después, ha trascendido que realmente Figueroa fue secuestrado por el gobierno (sic), como lo fue James Hoffa en Chicago, ambos eran líderes del trasporte de carga y perdieron su poderío; Figueroa dejó el liderazgo de la Alianza de Camioneros de México y Hoffa nunca regresó a dirigir el sindicato de teamsters con influencia continental.
¿Qué fuerza superior hace posible esos secuestros con cuarenta años de diferencia?
La gubernatura intrauterina de Ángel A. Rivera, a cargo de Rogelio Ortega dice al periódico Milenio, que el 60% de las casillas del proceso electoral del 7 de junio, se instalarán en escuelas controladas por la CETEG vinculada al ERPI y al EPR; bastará con que el 20% del total de casillas no se instalara, para que se anularan las elecciones en Guerrero.
Seré curioso ¿por qué es tan tolerante tal gobernante con ese dual colectivo beligerante? La respuesta está en la hemeroteca, a donde aparece el ex-guerrillero Rogelio Ortega Martínez (a) Camilo, vinculado a las FARC de Bogotá, Medellín, Putumayo, Caquetá y Cauca en Colombia, guerrilla filial del EPR de Guerrero, que no significa Ejército Popular Revolucionario, sino Ejército Particular de Rubén, la CiA dixit.
En efecto, durante los años 70’s Rogelio era conocido como comandante Camilo en la guerrillera maoísta de Camilo Cortés, encubierta como Asociacion Cívica Revolucionaria, que en esos años secuestró al rector de la Universidad de Guerrero, Jaime Castrejón Diez, originario de Taxco, concesionario del manantial Peña del Águila y empresario embotellador de agua, quien acaba de vender su marca de bebida Yoli a Coca Cola Company, en 850 millones de dólares.
En el año 1974, Camilo y quinientos guerrerenses acusados de subversivos, fueron retenidos sin orden judicial e interrogados con energía por el gobierno local de Israel Nogueda Otero, al involucrarlos en el secuestro del senador Rubén Figueroa Figueroa, a quien el Ejército Federal rescató justo en el término legal para que fuese electo gobernador de Guerrero.
Y en una acto de justicia poética, en 1975 el duro gobernante Figueroa hizo que el desaparecido Ortega fuera devuelto a su madre la profesora rural Rosaura Martínez de Ortega; y Rogelio fue amnistiado junto a Jesús Herrera Vélez, Salvador Flores Bello, Heriberto Noriega Cantú y otros guerrilleros arrepentidos; años más tarde, el ombudsman Jorge Carpizo localizó con vida a 350 de aquellos 500 desaparecidos.
Pero no se crea que el actual gobernador interino se arrepintió, nos revela el columnista Raymundo Riva Palacio que aquel politólogo guerrerense se involucró con guerrillas sud-americanas, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pues, según documentos decomisados a las FARC en 2008, Ortega recibió dinero para secuestros y les ofreció un pago de 100 mil dólares por sus apoyos para ser rector de la Universidad de Guerrero.
En esos documentos confiscados por el pentágono de los Estados Unidos, se establece la relación de Rogelio con el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), que opera en Guerrero desde 1997; o sea, el viejo insurgente Camilo es un sujeto señalado como vínculo orgánico del ERPI con la guerrilla colombiana, que se considera como “terrorista” por el gobierno norteamericano.
¿El 7 de junio se incoará la Nueva República Guerrera en el actual territorio de la gubernatura intrauterina de Ángel A. Rivera, que comanda Camilo-Rogelio Ortega?
