Ciudad de México, México.— En una sesión con gritos contra el frente opositor que protestó para impedir la asunción de Raúl Cervantes como fiscal general de la República, tomó posesión de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, quien ofreció tramitar dos iniciativas que frenen pase automático del procurador General de la República a la Fiscalía.
Con 388 votos a favor, cero en contra y cuarenta abstenciones, el presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, Ramírez Marín rindió protesta sin la presidenta saliente, Guadalupe Murguía, y dijo que esta Cámara “sólo gobernará la Ley Orgánica, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento que nos rige”.
El bloque del PAN, PRD y MC, exaltó como un triunfo de la capacidad de diálogo de sus fuerzas políticas y de la sociedad, el haber echado abajo el pase automático del fiscal.
Ese tema fue, desde un principio, la bandera del dirigente nacional del blanquiazul, Ricardo Anaya, que enfrenta una crisis interna con Felipe Calderón Hinojosa, por la candidatura presidencial, y la acusación directa de enriquecimiento inexplicable por más de 360 millones de pesos.
Los integrantes de Morena, observaron en el Pleno, cómo priístas y panistas se enfrentaban a gritos y descalificaciones, y sin cumplir su compromiso de votar en contra de la Mesa Directiva elegida, se abstuvieron cuarenta de sus 48 diputados presentes.
Al saber los resultados de la votación a favor de la nueva mesa directiva, la aún presidenta panista, Guadalupe Murguía concedió la palabra al coordinador Marko Cortés, quien fue impedido, a gritos y reclamos ensordecedores por los priístas.
Cortés intentó infructuosamente hablar: “Quiero comenzar por reconocer” (inició un coro de ‘fuera, fuera’) e intentó continuar…“la capacidad de diálogo”… (y de nuevo fue interrumpido con gritos ensordecedores ‘fuera, fuera’).
En ese clima, sin poder hablar, con voz entrecortada llamó a sus compañeros a salirse del Pleno.
Cortés, el michoacano, se dirigió a la mesa directiva, hasta donde aún se encontrada Guadalupe Murguía, su compañera de bancada, y el vicepresidente Javier Bolaños, quienes tenían la obligación de entregar el cargo al nuevo presidente, para sacarlos del pleno y dejar por un momento acéfala esa posición.
Sin los panistas, correspondió a la tercera vicepresidenta, Himelda Félix Niebla, entregar la presidencia de la Cámara de Diputados a Jorge Carlos Ramírez Marín, quien juró obediencia plena a los preceptos legislativos, y convocó a sesión del órgano legislativo para el martes próximo.
Antes de concluir la sesión, los panistas abandonaron salón del Pleno cameral, y sus aliados del PRD y Movimiento Ciudadano, los observaban, permaneciendo sin moverse de sus curules.
