En Manos del Crimen

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Peña
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Da pena y vergüenza que, a año y medio del final del sexenio de la vuelta del PRI a la presidencia, las promesas priistas de campaña se hayan vuelto puras vergüenzas.

Recuerdo la campaña. Debo de confesar que, como reportero, de repente el aire electoral me invadió y caí en el garlito de la esperanza, convertida en realidad fallida; un país hecho trizas; pobres más empobrecidos; Y un grupito de mexicanos transas, muy pequeño, que va de Toluca a Pachuca y regresa, adueñado de todo, que no supo que se trataba de que todo mejorara para todos. No. Ellos vinieron a hacer su roncha y les valió madres la pobreza en que sobreviven los pobres, que me temo que sea la inmensa mayoría de la población registrada en el censo demográfico.

En aquellos días de 2012, los aspirantes priístas, con un joven con finta de estadista a la cabeza, se veían hasta prometedores. Pero no entendieron, o hicieron como que la virgen les hablaba, – Peña Nieto y su gente – que gobernar no es hacer negocios, y menos sucios. Que gobernar no es transar con el otorgamiento de contratos a grandes “proveedores” del gobierno. Y menos engañar, decir mentiras. El presidente le dijo a los mexicanos que él no tenía amigos, Que en su equipo sólo tenían cabida los políticos con capacidad para realizar con éxito su trabajo. Pero resultó que el gobierno, al fin, fue un gobierno de amigos. Y el reparto de la piñata sólo fue entre amigos. Y principalmente tolucos y pachucos. ¿O no, querido Roberto Femat?

Y vino la debacle. La “Casa Blanca”, que sólo el gobierno ha hecho un asunto olvidado y archivado, le cambió el chirrión por el palito a la corrupción y a la impunidad, los principales caballos del apocalipsis mexicano. Y el Salvador de México, como lo llamó la revista Time, se despeñó. Su popularidad, aquella popularidad de que gozaba entre mayorías, sobre todo de mujeres jóvenes, se acabó. Estamos a merced de la delincuencia organizada.

Ahora, es muy posible que Del Mazo sea declarado triunfador en las elecciones para gobernador del Edomex, pero nadie le borrará de la mente a las mayorías de mexicanos que la real ganadora fue Delfina, la morenista que prometía un cambio de rumbo a los mexiquenses, sumidos en la pobreza por obra y gracia del PRI, que considera a la entidad mazahua como la hacienda del abuelo.

Y el gobierno de Peña está sumido y encadenado por la violencia criminal, auspiciada por autoridades deshonestas. Reynosa, Puebla, Sinaloa, y por las nuevas y productivas formas de criminalidad. La extracción de gasolina de los ductos de Pemex, que según cálculos de Hacienda oscila de 15 y 20 mil millones de pesos al año; y ahora, el robo, secuestro, de perros finos que sólo devuelven a cambio de jugosos rescates. Increíble pero cierto. Aumque parezca un cuento de Kafka.

El secretario Antonio Meade “sospecha” que en la autoría del robo de gasolina están involucrados empleados de Pemex y autoridades municipales. Según el secretario, entrevistado este martes por el lector de noticias, Carlos Loret de Mola, “el fenómeno del robo de combustible solamente puede detenerse con una estrategia integral. Si al centro de la estrategia está Pemex cooperando; si tenemos presencia de fuerza pública; si está la Procuraría; si estamos bien coordinados con el Estado”.

No sé por qué percibo que las palabras de Meade son sólo parte de un discurso mediático, utilizando el poder de la televisión para engañar a la gente. No sé. Como dice Sabines, no lo sé, no lo sé de cierto, pero casi estoy seguro, conociendo como conozco a los políticos, que sólo hablan de memoria o leyendo el telepronter que les impone alguien más poderoso, porque maneja el lenguaje y los tiempos gramaticales.

De acuerdo con información de Petróleos Mexicanos, los grupos delictivos realizaron en ductos que transportan gasolina, 28 perforaciones en promedio diario entre el 1 de enero y el 28 de febrero, a lo largo de la red de ductos, nueve más de las que ejecutaron en promedio por día en 2016, cuando este delito alcanzó niveles históricos, con 6 mil 873 tomas clandestinas perforadas y saqueadas.

El problema alcanza niveles alarmantes. En 23 entidades el crimen organizado roba combustibles: gasolinas, diésel, gas, petróleo crudo e hidrocarburos en general. En los últimos dos años, al menos 10 de cada 100 municipios del país fueron corroídos por este delito. Los estados con más municipios donde se presenta este ilícito son: Veracruz, con 29 localidades; Hidalgo, con 22; Estado de México, con 19, y Puebla, con 17.

En 2016 las cosas no fueron diferentes: en 36 municipios de Veracruz se registró este flagelo; en el Estado de México el problema se extendió en 31 alcaldías; en Puebla fueron 24, y en Hidalgo se reportaron 23. Lo grave del asunto es que, si antes sólo extraían gasolinas una vez, porque llegaban las fuerzas de seguridad y los ladrones desaparecían, en la actualidad se quedan en el lugar, retando a los militares y policías. Hace unos días en un enfrentamiento en el estado de Puebla, le hicieron 4 bajas a fuerzas militares. O sea que el gobierno del presidente Peña está a merced de los ladrones de gasolina. Un fracaso, la estrategia anti narco, Y ahora la lucha contra el robo de gasolina.

Los soldados del ejército pareciera que no tienen ni idea de las tácticas militares para enfrentarse con grupos irregulares, que son verdaderos ejércitos enfrentados con las fuerzas regulares.

Pobre país. Tan lejos de dios y tan cerca del PRI. Ah. Y si acostumbra llevar a su perro a pasear al parque, vaya muy alerta. Se lo pueden arrebatar. No se acerque a desconocidos, de mala facha, de mirada torva. Pueden ser secuestradores caninos. Luego le regresan a su animal, pero a cambio de un jugoso rescate.