No, la contienda por Morena ya no electoral, es penal 

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TRAS LA PUERTA DEL PODER

Por Roberto Vizcaíno

La contienda por la presidencia de Morena entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado dejó de ser ayer un asunto político para convertirse en un proceso penal.

El expresidente de la Cámara de Diputados lo venia perfilando desde ya hace semanas al indicar una y otra vez que el coordinador de la mayoría de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, había incurrido en un derroche de quizá varios miles de millones de pesos durante apenas unas cuantas semanas para intentar arrebatarle el triunfo en la encuesta del INE.

Muñoz Ledo reveló que tiene documentado que Delgado utilizó más de 3 mil espectaculares en los 32 estados del país, donde apareció con su imagen y mensajes invitando a morenistas y simpatizantes a votar por él.

Al parejo Delgado fue entrevistado por los conductores de radio y TV más reconocidos del país, con un efecto multiplicador en medios estatales y en redes sociales lo cual no puede ser considerado más que como una campaña de medios debidamente orquestada… y pagada.

Si cada espectacular en promedio podría haberle costado a Delgado unos 250 mil pesos o más, y si la campaña en medios y redes fue tan efectiva debió Delgado haber erogado una buena suma.

El muy mayor (87 años cumplidos) y experimentado expresidente de los diputados federales, quien en ese cargo entregó la Banda Presidencial a Andrés Manuel López Obrador para consolidar así la transferencia de poderes y su ascensión a la Presidencia de México, saca una conclusión muy simple: Delgado se ha gastado quizá unos mil millones de pesos.

Y eso indica que: uno) o los desvió de los recursos públicos a que tiene acceso en la Cámara de Diputados o le fueron proporcionados por otros funcionarios a nivel federal, estatal o municipal y eso se llama “desviación”… o el financiamiento provino del narco o la delincuencia organizada.

Muñoz Ledo lo ha dicho directamente, sin eufemismos. Y lo que uno supone es que, a esa edad, con esa experiencia a cuestas, las cosas que se dicen no son a la ligera.

Y para confirmarlo, ayer su representante legal ante el Instituto Nacional Electoral, el INE, Eduardo Núñez, junto con una decena de diputadas federales de Morena interpusieron por todo eso una denuncia penal contra Mario Delgado ante José Agustín Ortiz Pinchetti, fiscal especial en Delitos Electorales, la temible Fepade.

A partir de ese momento el proceso de cambio de dirigentes d Morena se convirtió en un asunto penal.

Ortíz Pinchetti, un personaje a quienes muchos consideran una persona honesta y leal, jurista reconocido, hombre de izquierdas reales, amigo y excolaborador del primer círculo de Andrés Manuel López Obrador no puede hacerle al Tancredo.

El señor Fiscal Electoral va tener que iniciar una carpeta de investigación, suspender el proceso de elección de dirigentes en Morena hasta no dictaminar si las acusaciones de Muñoz Ledo son reales, o una abierta injuria de éste contra Delgado, lo que se convertiría en un boomerang igualmente penal para el experimentadísimo político.

Delgado no puede decir que son puros inventos huecos de Muñoz Ledo. No. Es una denuncia penal en forma y con un fondo que se tiene que esclarecer.

Por lo pronto a Porfirio lo acompañan en esta aventura judicial, entre otras, las diputadas de Morena: Lorena Villavicencio, Laura Imelda Pérez, Irma Juan Carlos y Anita Sánchez.

Formalmente la denuncia es por desvío de recursos públicos, y además por las conductas dolosas que pudieran estar tipificadas en una o más figuras penales.

O sea, aquí encuadra lo de recursos provenientes del narco o de la delincuencia organizada. Feo caso.

En su denuncia el grupo anti delgado sostiene que el coordinador de la mayoría de Morena en San Lázaro, “ha sacado un grotesco provecho de su posición como servidor público y líder de la bancada morenista en la 64 Legislatura, en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

“(Y) ha destinado y utilizado ilegalmente fondos, bienes y servicios a su disposición como diputado federal y líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, y ha favorecido su candidatura en beneficio propio, haciendo uso de los espacios del recinto legislativo y en horarios laborales”.

Afirman que pueden mostrar que Delgado maniobró para que, terceros, en su nombre, manipularan a otros diputados federales y locales, senadores y alcaldes en su beneficio.

Muñoz Ledo considera que todo lo anterior encuadra en una reacción por parte de Delgado, quien al ver que el expresidente de los diputados lo aventajó 2 a 1 en la primera encuesta, sintió la necesidad de contratar espectaculares y realizar una amplia y costosa campaña en medios para buscar superarlo en popularidad, sin contar con que también hubo “acercamientos” con magistrados del Tribunal Electoral.

DELGADO MINIMIZA LA DENUNCIA  

Con la espada de la justicia en su cabeza, Delgado salió ayer ante medios a calificar la denuncia en su contra como “acto de desesperación” de Porfirio Muñoz Ledo.

El tema es que lo que hizo Muñoz Ledo no es ni juego ni un acto de desesperación.

El muy corrido político sabe perfectamente que una denuncia penal debe ir a una investigación a fondo. Y el fondo es, si se demuestra o no, cárcel para uno… o para otro.

O es desviación de recursos públicos, muchos, como mil millones, o es financiamiento de narcos o malos, o es difamación. No hay términos medios.

“Ya medio vimos ahí la denuncia, está hueca”, dijo Delgado.

¿Cómo que medio vimos la denuncia? Perdón, es una cosa grave.

–       ¿Usted está tranquilo frente a estas acusaciones y señalamientos?– se le preguntó.

“- Sí, por supuesto, por supuesto, ya la pusieron (la denuncia), pero es un acto de desesperación, de publicidad, nosotros vamos muy bien, vamos a seguir convocando a la unidad”, comentó.

El proceso judicial está abierto, no es juego, no es cosa mínima, y tendrá que impactar en el proceso de Morena.

DESAPARECIERON COMO POR ARTE DE “MAGIA”

Intratables, irreductibles apenas un día antes, los manifestantes que acordonaron el martes el Senado, ayer se fueron sin prácticamente ver cumplidas sus demandas dejando un fuerte olor a que querían reventar la comparecencia de Marcelo Ebrard, lo cual lograron el martes.

Así ayer fluyó de nuevo el paso de personas y legisladores quienes vieron comparecer sin mayores contratiempos a Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública.

Para confirmar que la sospecha de que el martes hubo “mano negra” en el bloqueo del Senado, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política dijo que la cámara alta debe continuar abierta al diálogo y la conciliación, por lo que pidió “a todos los manifestantes, los que vienen de buena fe… o no”, que permitan hacer su trabajo a los senadores.

“Esta instancia debe de continuar siendo de diálogo, de interlocución, de buena fe, con la gente que no está de acuerdo con lo que se está haciendo, o que está de acuerdo con lo que se está haciendo.

“Todos tienen la posibilidad de ser escuchados y de ser atendidos en el Senado, se los garantizo”, subrayó.

Y así ayer el Senado volvió a la normalidad.