Videgaray, el primer caído del 2018

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Videgaray
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Al hacerlo dejó tras de sí el proyecto político, económico y de desarrollo y modernización de México más sólido y trascendente que ningún otro político haya delineado con tanta claridad en los últimos decenios en este país.

No hay ninguna duda de que gran parte, quizá las más trascendentes de las reformas estructurales surgidas del Pacto por México, surgieron de sus mesas de trabajo interno y son hoy realidad constitucional gracias a su cabildeo con todos los líderes y sectores involucrados.

El mismo Pacto por México no hubiera sido posible sin su intervención. Las reformas igual no hubieran sido posible sin el sustento económico que él les dio.

Videgaray se fue ayer derrotado.

Y su primer huérfano fue el propio presidente Enrique Peña Nieto de quien era no sólo su principal colaborador, sino su cómplice y defensor a ultranza.

Pero Peña Nieto no es el único que queda desamparado al irse Videgaray. No. Hay muchos huérfanos que hoy comenzarán a sentir el frío del abandono ante el seguro embate del equipo contrincante.

El caso es que Videgaray había formado el más estructurado equipo de poder y Gobierno al colocar a personajes afines y a sus aliados en prácticamente todos los cargos del sector hacendario y financiero.

Su influencia logró incluso inducir un equipo muy cercano a él en el entorno del presidente Enrique Peña Nieto. Los más notables ahí son Alejandra Lagunes, coordinadora del área digital del Gobierno de la República. Eduardo Sánchez, vocero y coordinador de Comunicación Social.

Antes lo fue Aurelio Nuño, quien de la oficina de la Presidencia pasó a la secretaría de Educación Pública más como patiño de Videgaray que como un contendiente real por la Presidencia de México.

Ayer mismo, tras de Videgaray, se fueron Fernando Aportela de la subsecretaría de Hacienda y Aristóteles Núñez, ahora extitular del SAT.

Así se quedaron sembrados muchos en otras áreas y posiciones sobresalientes de la administración de Peña Nieto. Con su salida todos ellos se quedan sin la protección del que hasta ayer fue uno de los dos punteros del Gobierno y del PRI para el 2018.

Al abandonar el barco de la sucesión, Videgaray deja sólo en esa carrera a Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.

El hidalguense también lo extrañará, porque a pesar de que el pulso entre ambos era a veces muy fuerte, de alguna forma los protegía a ambos.

A partir de ayer los cañones de todos los contendientes y fuerzas políticas y económicas, oscuras y visibles, apuntarán contra Osorio porque sólo queda él en la contienda.

Por eso de hoy en adelante el hidalguense deberá reconstruir su ruta hacia la elección presidencial, y durante el año y meses que quedan para que se defina esa nominación deberá no sólo sortear toda clase de obstáculos, sino redoblar el pasó para no tropezarse.

Osorio sin Videgaray queda en el peor de los mundos posibles, porque Peña Nieto deberá cuidarlo y a la vez exigirle un esfuerzo extremo a fin de garantizar que su sucesión sea viable.

¿CUÁL SU DESTINO?

Una vez definido el caso Videgaray, no pocos preguntan cuál será su destino.

Los escépticos de siempre advierten que detrás de la renuncia hay gato encerrado y que todo al final fue una jugada entre Peña Nieto y su titular de Hacienda, para ir por otro camino hacia su nominación en la sucesión presidencial.

Dicen que ambos aprovecharon todo el escándalo mediático y en redes sociales respecto de la visita de Trump, para darle una salida a Vidgaray quien, si se hubiera quedado en Hacienda, habría tenido que lidiar con la peor parte de las graves circunstancias económicas que apenas comienza a vivir México.

Videgaray tenía ante sí el manejo de un Presupuesto altamente recesivo delineado ya para 2017, el cual tendría un recorte de entre 300 mil y 600 mil millones de pesos lo cual significa afectar fuertemente a la planta laboral del Gobierno Federal y a importantes programas de obras de infraestructura y sociales.

Asimismo se prevé que por presiones del PAN y los organismos empresariales, deba tramitarse una contrareforma hacendaria y fiscal, para acabar con las resistencias de los hombres del dinero y los grandes consorcios en contra del gobierno de Peña Nieto, cosa que deberá ser enfrentada por el sustituto entrante en Hacienda.

Al abandonar el cargo, dicen los mal pensados, Videgaray le transfiere a José Antonio Meade -uno de sus principales protegidos-, todo ese paquete y él se repone y reestructura su imagen con miras a volver a entrar en el juego quizá a mediados-fines del siguiente año y para jugar en la parte final de la contienda presidencial.

Si es cierto este esquema, el aparente beneficiado con la salida ahora de Videgaray, hablamos por supuesto de Miguel Ángel Osorio Chon, sería el que llegara a ese punto con el mayor desgaste ante los mexicanos.

Sea lo que haya o no detrás de estos movimientos, la salida de Videgaray movió al Gabinete al pasar también José Antonio Meade ha Hacienda y Luis Miranda a Sedesol.

Pero sobre todo su salida salda el escándalo mediático y de redes sociales por la visita de Trump, y para el fuerte golpeteo que estaba teniendo el presidente Enrique Peña Nieto.

Calma además a los especuladores que en semanas anteriores estuvieron girando lista que al final involucraban prácticamente como posibles dimitentes a todos los miembros del Gabinete de Peña Nieto.

El juego en las mesas políticas era el de apostar quien de entre los 16 secretarios de Estado eran defenestrados por Peña Nieto y luego para definir quienes los sustituirían.

De nada valió que el propio Presidente haya salido a decir que no habría cambios. Las especulaciones siguieron a todo vapor entre políticos y periodistas.

Hoy con estos movimientos, ya nadie habla de más cambios.

INTERESANTE

Con el nuevo encargo Meade ocupa por segunda vez la titularidad de Hacienda, luego de que fue designado en enero de 2011 como secretario de Energía en el sexenio del panista Felipe Calderón.

En ese mismo gobierno Meade pasó el 9 de septiembre de Energía a Hacienda para concluir ese sexenio en ese cargo.

Al entrar Enrique Peña Nieto el priísta lo designó como titular de Relaciones Exteriores, cargo que dejó para ir a Sedesol en agosto de 2015 para sustituir a Rosario Robles quien pasó entonces a Sedatu.

Hoy Meade llega de nuevo a Hacienda en el mismo mes que en la primera ocasión, y a apenas 2 días que el anterior.

Para suplir a Meade en Sedesol, Peña Nieto designó a su amigo Luis Miranda, quien ocupaba la subsecretaría de Gobernación.