Semana de comparecencias escandalosas e inútiles

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Senado
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Mañana, con la asistencia de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, iniciarán las inútiles comparecencias del Gabinete del presidente Enrique Peña Nieto en el Congreso, dentro de la Glosa de su Tercer Informe de Gobierno.

Estas comparecencias prácticamente nunca han sido del interés de la mayoría de los mexicanos. En verdad sólo sirven para lucimiento personal, para instrumentar la llamada “pasarela de prospectos presidenciales”, y para abordar temas coyunturales ajenos al Informe que debieran abordar.

El temario lo coloca desde al menos 1997 la oposición legislativa y sirve para descargar las inconformidades partidarias, pero nunca, nunca para responder o darle salida a los reclamos de los ciudadanos.

Mañana martes Osorio Chong asistirá al Pleno del Senado donde las bancadas de PAN, PRD, PT y Morena ya tienen preparadas al menos 2 rondas con preguntas sobre el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el asunto de la Casa Blanca de las Lomas y sobre los asuntos de la Seguridad donde el informe presidencial y el Gobierno afirman se han abatido sustancialmente los indicadores más alarmantes.

A Osorio le seguirá el jueves en esa misma cámara la asistencia de Aurelio Nuño, titular de Educación Pública, que por cierto será la primera del titular de la SEP y que, dicen ya los que corren apuestas dentro de la carrera presidencial del 2018, dejará satisfechos a muchos porque se sabe que el exjefe de la oficina de la Presidencia se ha preparado duramente para enfrentar toda clase de cuestionamientos de la oposición.

En lo esencial Nuño deberá responder sobre cuáles son las estrategias del Gobierno Federal frente a las actividades de resistencia que continua realizando la CNTE en Oaxaca y Guerrero.

Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, las coordinaciones de las bancadas deberán definir la integración de las 56 Comisiones ordinarias con que opera San Lázaro.

De entrada, mientras no haya comisiones debidamente integradas y plurales, no puede avanzar la Glosa del Tercer Informe del presidente Enrique Peña Nieto.

Tampoco se puede iniciar la revisión y negociación del paquete Económico (Presupuesto de Ley de Ingresos y Presupuesto de Ley de Egresos para 2016) que fue ya entregado por el secretario de Hacienda Luis Videgaray y que permanece en sus paquetes originales porque todavía no existe la Comisión de Presupuesto.

Se supone que una vez integradas las 56 Comisiones ordinarias en San Lázaro, el jueves próximo podría comparecer en el Pleno el secretaria de Hacienda, Luis Videgaray para quien los opositores, a decir de panistas y perredistas, ya le tienen preparadas tres rondas de preguntas y cuestionamientos.

Por supuesto que no pueden dejar pasar la oportunidad PAN, PRD, PT y Morena de echarle la culpa a Videgaray y al Gobierno de Peña Nieto de la devaluación del peso frente al dólar y de la caída del precio del petróleo que han repercutido en una atonía financiera y la detención de algunos proyectos, ya no se diga de importantes recortes del gasto.

Eso a pesar de que lo que ocurre en México pasa a su vez en todo el mundo porque la caída del precio del petróleo y la devaluación de la monedas nacionales no responden a cuestiones autóctonas en casi todo el mundo, sino a condiciones internacionales.

SIN MAYOR EFECTO

La inutilidad de las comparecencias de los secretarios y otros funcionarios se origina en dos elementos:

1)    Porque luego de la rendición anual del informe presidencial por cadena nacional, a ningún mexicano le interesa ninguna otra explicación sobre lo que el propio Presidente de la República ya le dijo.

2)    Y esencialmente porque desde siempre en este país, por el origen Presidencialista del Sistema Político y del poder en México, ninguna de las dos Cámaras, ni la de Diputados ni la de Senadores, tiene poder para revertir o sancionar ni las políticas ni los programas del Gobierno.

A lo más que pueden llegar diputados y senadores es a cuestionarlos y rebatirlos desde la tribuna. Nada más que eso. En buen español eso es puro rollo.

Y es puro bla-bla-bla porque ninguna de las comisiones legislativas –ni las 56 ordinarias ni ninguna de las decenas de especiales-, tiene facultades para dictaminar algún castigo o sanción a funcionarios o programas, y menos para remover a nadie.

Las comisiones pueden hacer un exhorto o un extrañamiento en contra de algún funcionario o algún programa, pero son como dice la voz popular. “como las llamadas a misa”, porque quien tiene la última palabra en todos los casos es el Presidente de la República.

Hasta hoy, que yo recuerde, nunca un funcionario ha sido removido por el Presidente en turno debido a un exhorto o queja de alguna de las cámaras, y menos aún se ha modificado ningún programa o gasto presupuestal.

En este contexto las comparecencias dentro de la Glosa, además de que no se circunscriben a debatir o explicar cuestiones del Informe, sino que se destinan a abordar y debatir sobre temas de coyuntura que –insisto- son solo del interés de los partidos o de sus legisladores, la mayor de las veces ajenos absolutamente al Informe del mandatario, realmente no sirven para nada más que para realizar la llamada “pasarela” mediática y política que muestra la capacidad de respuesta y la personalidad de los funcionarios convocados.

Desde siempre –como ocurrirá ahora-, estas comparecencias han iniciado con los más sobresalientes precandidatos presidenciales del régimen.

En este juego futurista participan activamente como comparsas a modo los diputados y senadores de la oposición toda: PAN, PRD, PT, MC y ahora hasta Morena de Andrés Manuel López Obrador.

El juego de reforzamiento de la imagen de los precandidatos será obviamente encabezado por los coordinadores de las bancadas del PRI, Emilio Gamboa en el Senado y César Camacho en San Lázaro quienes como comandantes de sus fracciones parlamentarias, desarrollarán una estrategia para evitar que los precandidatos puedan ser gravemente dañados por los embates de los opositores.

Veremos cómo, mientras panistas, perredistas, petistas y morenos atacan con los más duros e infames argumentos –en los sexenios panistas hubo secretarios, como Genaro García Luna o Juan Molinar Horcasitas que fueron señalados en su propia cara como asesinos por diputados como Gerardo Fernández Noroña-, los priístas acudirán a su defensa.

BUSCAN EL ESCÁNDALO

Tradicionalmente estas comparecencias son buscadas por los legisladores del PAN, PRD, PT, MC y ahora evidentemente Morena, para alimentar el escándalo y el descredito del Gobierno.

Y más sobre todo cuando hay –como ahora-, una elección en puerta.

Sabedores de que lo que trascenderá de estas comparecencias es el escándalo, el escarnio y el descrédito para los funcionarios y su Gobierno, las comparecencias sirven para que una bancada despliegue grandes mantas, para que otros asalten la tribuna o para que todos hagan bulla e intenten desquiciar al compareciente, para que la foto del desastre domine las primeras planas de los medios impresos del días siguiente, o que las escenas del aquelarre legislativo abran los noticieros nocturnos de la TV.

Hoy la lista de comparecientes en una y otra cámara tiene contemplada la asistencia de Osorio Chong, Luis Videgaray, la procuradora General de la República Arely Gómez, el titular de la Función Pública Virgilio Andrade, el de Sedesol José Antonio Meade, y otros más.

El rol de comparecencias se define en razón del escándalo que los opositores pueden generar, no de los temas que pudieran ser del interés de la ciudadanía.

Mientras eso ocurre los ciudadanos –esos que usan el Metro y otros transportes colectivos y que somos los más-, le darán vuelta a la página del diario que muestra el escándalo, para buscar más adelante los resultados del fut, o darán clic al control de la TV para cambiar de canal y no ver las tomas o los insultos de los nuevos noroñas de San Lázaro.

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