El 14 Congreso Nacional Extraordinario del PRD realizado el pasado fin de semana, fue un evento no para ser relatado por cronistas políticos o para ser observado por analistas sociales, sino para ser seguido y estudiado por psiquiatras.
El escenario y sus componentes dejaron ver un conglomerado rabioso, irritado, demandante que gritaba, denunciaba, acusaba, reclamaba, abucheaba y provocaba escándalo a cada intervención de sus líderes y dirigentes.
Ambiente de locos, pues. Todos reunidos ahí como miembros del PRD pero mostrando total rechazo a símbolos, programas y dirigentes del PRD.
Durante los tres días de su realización, no hubo ahí ninguna propuesta, ningún pronunciamiento, ninguna explicación que tuviera una aprobación o apoyo mayoritario.
No se presentó un solo personaje que fuese aceptado por la mayoría. Todos quienes subieron a tribuna, quienes hablaron a los integrantes del Congreso, recibieron muestras de rechazo o descalificaciones de diferentes formas. Bueno, hubo hasta jaloneos y algunos golpes al aire. Seguro algunos se llevaron alguna patada en las espinillas.
Y eso que hasta domo del Plan Sexenal llegaron los mejores y más renombrados cuadros de este partido. Esos cuyos homólogos en otros partidos provocan el aplauso, las peticiones de un selfie, de un abrazo, de un apretón de manos, de una sonrisa en el PRD ahora fueron motivo de escarnio, de repudio, de reclamo.
El desfile de los perredistas famosos, esos del momento actual, entre quienes están los posibles candidatos de esta llamada izquierda para el 2018, inició con el arribo de los gobernadores perredistas, Gabino Cué, de Oaxaca; Arturo Núñez, de Tabasco; Graco Ramírez, de Morelos; Rogelio Ortega, de Guerrero, y el rockstar del momento, Silvano Aureoles, gobernador electo de Michoacán.
Ninguno de ellos se salvó de la rechifla.
El trato a estos fue apenas el preludio de lo que se les vino encima después al dimitente presidente del PRD, el guanajuatense Carlos Navarrete, para quién algunos asistentes incluso reclamaron cárcel.
Como en un termómetro del repudio, la rechifla y el abucheo subía o bajaba de acuerdo a los personajes mencionados.
Así pasaron Jesús Ortega, Jesús Zambrano, René Bejarano o Héctor Bautista, líderes de las corrientes –ellos mismos las califican como tribus-, mayoritarias.
Pese a todo, los convocantes lograron su cometido: reformar los estatutos y abrir el camino para que el colosista Agustín Basave sea el sustituto de Carlos Navarrete en la presidencia del PRD.
El otro objetivo cumplido fue la aprobación de las alianzas con el PAN dentro del proceso electoral de 2016.
Todo lo demás es anécdota.
Las interrogantes básicas pudieran ser: ¿realmente existe este partido… o sus siglas representan a sólo un conglomerado disímbolo, absurdo, inimaginable de hombres y mujeres que se dicen de izquierda? ¿Cómo pueden creer que actuando como lo hacen en sus encuentros internos puedan aspirar a ya no digo la presidencia de la República, sino a una alcaldía?
En fin, un congreso que debió ser seguido por un equipo de psiquiatras que nos diga en qué parte de estos perredistas está al o a los que debemos darle nuestro voto, seguir como ciudadanos.
AYOTZINAPA
Esta semana todo será Ayotzinapa. Pasado mañana, jueves, los padres de los 43 normalistas se reunirán de nuevo con el presidente Enrique Peña Nieto. Y el viernes 26 se cumplirá el primer aniversario de la ejecución, incineración y dispersión de las cenizas de los estudiantes en el río San Juan.
Ese día habrá una nueva marcha de Los Pinos al Zócalo, donde los padres realizarán un plantón.
Dentro de este escenario las fuerzas políticas y sus partidos, han comenzado a tomar de nuevo posiciones en los medios para presentarse ante los ciudadanos como demandantes de soluciones o como exigentes críticos del Gobierno.
Al hablar al respecto, el vicecoordinador de los diputados del PRI condenó que la dirigencia del PRD durante el pasado fin de semana haya intentado pasarle a otros su responsabilidad por haber lanzado a José Luis Abarca como candidato a alcalde de Iguala.
“Es muy peligroso tocar estos temas judiciales y tratar de darles un cariz político, siempre salvando el pellejo propio y buscando cómo inculpar a los demás. Los asuntos judiciales deben tener un tratamiento estrictamente judicial, y deben ser culpables los que son culpables, independientemente de su filiación política.
“Cuando se trata de hacer uso de una tragedia como esta en un sentido favorable, las cosas tienden normalmente a revertirse. La gente no es tonta.
“Todos los partidos debemos hacer un esfuerzo por exigirle al gobierno que haga su trabajo, solicitando a las autoridades que cumplan con sus funciones y no tratando de buscar qué partido es el menos malo o qué partido queda más bonito en el caso de Ayotzinapa.
“Me parece terrible faltar a la verdad y faltar a la seriedad… intentar capitalizar políticamente un tema que no puede dejar bien a nadie. Este es un caso que, sin lugar a dudas, mancha a todos, y que lo único que podemos concluir es tener datos ciertos y que estas personas, víctimas y familiares de ellos, tengan la certeza de qué ocurrió, cómo ocurrió y las certeza de que los culpables están en la cárcel, creo que esa debería ser nuestra misión.
Ramírez Marín recordó que los padres de familia de los 43 normalistas de Ayotzinapa ya se habían reunido antes con Peña Nieto y que lo que ahora todos en su bancada esperan de este nuevo encuentro, es que realmente derive en un diálogo.
En aquel otro encuentro, indicó, el mandatario incluso recibió a quienes se dijeron ser representantes de los padres de familia.
“Eso demostró una voluntad por escuchar, dialogar y creo que es lo que hace ahora, reitera esa misma voluntad que se ha traducido en hechos.
“Hay detenidos, hay exámenes forenses, hay análisis balísticos, hay trámites ante organismos internaciones para seguir investigando.
“El gobierno hace bien en recibir a los padres y tiene muchas cosas qué poder decirles. Esperemos que sea efectivamente un dialogo”, insistió.
COMISIONES
El eje del trabajo legislativo está en la integración de las Comisiones. En la Cámara de Diputados estas son 56 por reglamento.
De acuerdo a las normas, estas comisiones –que están integradas en su mayoría por unos 20 diputados-, se componen con base en una fórmula del porcentaje que tiene cada fracción en la Cámara de Diputados.
Así las presidencias y número de miembros se reparte de acuerdo a la composición de cada fracción.
En la actual y naciente legislatura en PRI es el grupo mayoritario con 202 diputados y el 40.6%; le sigue el PAN con 108 legisladores y el 21.7% de porcentaje; después está PRD con 60 diputados que representan el 12%; sigue en Verde Ecologista con 47 diputados y el 9.4% del porcentaje; en quinto lugar queda Morena con 35 diputados y 7% del porcentaje; MC es el sexto con 25 legisladores que representan el 5%; el penúltimo es Nueva Alianza con 11 diputados que representan el 2.2% y el último es el Partido Encuentro Social con 8 diputados y apenas el 1.6% del porcentaje.
En esa proporción dominarán las 56 comisiones cada una de las bancadas y partidos representados en San Lázaro. Las 56 comisiones ordinarias deberán quedar integradas –por Ley-, antes del 30 de este mes.
