¿Por fin?, ¿estamos o no hartos de los partidos?

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INE
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Dentro del periodismo militante en que se encuentra inmerso el periodismo mexicano, decir que el diario Reforma es antipriísta no es ajeno a la verdad.

De ahí que su encuesta publicada ayer en la parte alta de su portada tenga quizá el doble de credibilidad.

Los resultados del sondeo indican que el PRI, con 32 por ciento de preferencias, inicia campaña a diputados federales siendo el partido con mayores posibilidades de triunfo.

Le siguen PAN con 22 por ciento; PRD con 14 por ciento; Morena de AMLO con 8 por ciento; el PVEM con 7 por ciento; Encuentro Social con un 4 por ciento; Nueva Alianza con 4 por ciento; Movimiento Ciudadano –antes Convergencia- con 3 por ciento y PT y Partido Humanista con el 2 por ciento cada uno.

De conservarse esta tendencia el PRI tendría quizá unos 170 diputados, el PAN 115, el PRD 75, Morena 43, el PVEM 37, Encuentro Social y Nueva Alianza unos 20 cada uno y Movimiento Ciudadano 15.

PT y Partido Humanista perderían su registro.

Si el 7 de junio el voto mantiene estos porcentajes, los mexicanos estarían ratificando que PRI y PAN conservarían la mayoría simple y que necesitarían del acuerdo con el PRD para sumar mayoría calificada (de más de 334 votos), es decir, para realizar reformas a la Constitución.

PRI y PAN sumarían 285 diputados y con PRD llegarían a los 360 diputados.

Si los coordinadores de los tres partidos, como se ha dicho, serán César Camacho del PRI, Gustavo Madero del PAN y Jesús Zambrano del PRD, no sería absurdo pensar que en la siguiente legislatura continuaría operando el espíritu que le dio vida al Pacto por México aquel 2 de diciembre de 2012.

La encuesta de Reforma tiene cuatro datos esenciales: registró 21 por ciento de indecisos (14 por ciento que se negó a responder y 7 por ciento dijo que no votaría por ningún partido ni candidato), y el 6 por ciento se declaró anulista, es decir que anularía su voto.

De cualquier forma el porcentaje de abstencionistas es muy bajo para ser considerado un riesgo para deslegitimar las elecciones del 7 de junio próximo. No sería distinto del porcentaje que no acude a votar en cada elección.

En los hechos el sondeo de Reforma deja en claro que el supuesto descontento social y de desconfianza en las instituciones no es de ninguna forma una crisis electoral, como pretenden hacerlo ver varios medios.

La encuesta deja expuesta la obviedad: que por más que le pegan ciertos medios y personajes, líderes de partidos y columnistas, el PRI sigue al frente de las preferencias.

Que por más que se pelean y confrontan, los panistas mantienen un sitio preferente en la voluntad de los mexicanos.

Que a pesar de que nada abona a su favor, y de que AMLO finalmente los echará a competir con su Morena, Los Chuchos -que mantienen el control de estructuras, presupuesto y partido dentro del PRD-, lograrían conservar el tercer sitio.

Que por fin sabremos cuánto realmente vale Andrés Manuel López Obrador en el voto de los mexicanos.

Y que a pesar de todo lo que se diga el Verde y Panal son considerados como partidos por un segmento importante de los ciudadanos, tan importante que no los dejan desaparecer.

Por lo demás la encuesta de Reforma ratifica la realizada a inicios de este mes por Consulta Mitofsky en la que se encontró que el PRI lidera las preferencias con 31 por ciento de las intenciones de voto seguido del PAN, con un 26 por ciento y dejando en un tercer lugar al PRD con apenas un 16 por ciento de intenciones del voto.

No hay que olvidar que en las elecciones del 7 de junio habrá una lista nominal que suma los 82 millones 212 mil 697 ciudadanos (39 millones 589 mil 394 hombres y 42 millones 623 mil 303 mujeres) con credencial de elector en mano, es decir, en posibilidades de emitir su voto.

Que se estima que podrían acudir a las urnas entre un 50 y un 65 por ciento de ellos lo cual representaría una participación de voto de cerca de 50 millones de mexicanos.

En la encuesta de Mitofsky el Partido Morena, de Andrés Manuel López Obrador, arranca con un 9 por ciento de intenciones de voto, superando con un punto al Partido Verde que inicia a su vez este proceso con un 8 por ciento.

Abajo, en la raya de la sobrevivencia se localizan PT y Movimiento Ciudadano ambos con un 3 por ciento cada uno, con un 2 por ciento de Nueva Alianza y con un 1 por ciento de los nacientes partido Humanista y Encuentro Social.

Lo rescatable de ambos sondeos es que indican que hay un porcentaje de votantes que garantiza una elección no menor o distinta de las intermedias de años anteriores. Es decir, a pesar de todos los escándalos y embates mediáticos de todos contra todos, el grueso de los mexicanos saldrá a sufragar el domingo 7 de junio.

SE VA… SE VA… SE

Desde que hace algunas semanas los consejeros nacionales del PRD le cerraron las llaves a las candidaturas para sus familiares y alfiles, y especialmente a su nominación como pluri para la Cámara de Diputados, René Bejarano entendió por fin que ya no tenía futuro en el sol azteca.

Finalmente ha aceptado que de nada vale pelear con Los Chuchos, sus enemigos de siempre y quienes siempre lo han derrotado.

Sin su padrino Andrés Manuel López Obrador tras sus espaldas, sin la posibilidad de obtener las delegaciones ni la cantidad de asambleístas de que llegó a presumir hasta hace algunos meses, ¡vaya!, sin las redes de influencia que logró crear, Bejarano está a punto de desaparecer.

Por ello decidió emigrar. Convertir a su tribu Izquierda Democrática Nacional en Asociación Política registrada ante el INE para luego del 7 de junio ir por el registro como partido.

Bejarano va a seguir los pasos de su mesías tropical y líder ideológico López Obrador,

De sus intenciones dieron cuenta ayer varios medios quienes registraron algunas de sus declaraciones hechas ante sus seguidores.

Experto en motivar a ciertas masas, Bejarano quien apenas sacó creo un 17 por ciento en las internas del PRD, les dijo a los suyos que pretende afiliar a su corriente a ¡un millón! de seguidores.

Esta militancia sería la base para registrar su Asociación y luego a su partido político.

A sus cercanos habría dicho: Los Chuchos “que se queden con su pinche cascarón. Ante la traición, movilización compañeros”.

Ya pintados de guerra, otros agregaron: “Es un llamado a la construcción de un partido de izquierda”.

¿Otro?

“Lo que estamos formando aquí es el partido de izquierda que necesita el país”, dijo alguien más.

¿En serio?, pregunto yo.

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