Van tres

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Análisis a Fondo

Santiago Barroso se llamaba el tercero

Lo mataron a las puertas de su domicilio

Por Francisco Gómez Maza

No acababa el gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, de comprometerse, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a proteger la vida de los periodistas, cuando alguien que odia a los periodistas porque no le gusta lo que escriben asesinó a Santiago Barroso, en San Luis Río Colorado, estado de Sonora. Con Barroso van cuatro periodistas asesinados en lo que va de 2019. Ojo, estimado Alfonso Durazo, secretario de seguridad pública.

La mañana del día cuando fue asesinado, Barroso denunció en su programa de radio Buenos Días, San Luis, un hecho cotidiano en la frontera norte, por Caléxico, por donde entran y salen vendedores y compradores de todo, hasta de drogas ilícitas: “Aun con luz del día y ante la mirada de una gran cantidad de automovilistas que hacen fila para ingresar a Estados Unidos, los polleros se dedican al negocio de tráfico de personas de origen centroamericano. Así se pudo ver, una vez más, el jueves por la tarde, día de ayer, cuando un traficante humano introdujo a Estados Unidos a por lo menos una decena de hombres, mujeres y niños”.

Del narcotráfico escribía y hablaba Santiago. Y no sólo de narcotraficantes. También de personajes presuntamente ligados a esa clase de exportadores en aquella zona conflictiva del país, donde se comercia con todo, hasta con la vida humana. El periodista sabía de narcotráfico; tenía fuentes fidedignas que le narraban la hoja de vida de, por ejemplo, el Cártel del Pacífico, llamado también Cartel de Sinaloa, del que fue capo mayor el ahora juzgado, aunque todavía no condenado, Joaquín Loera, “El Chapo” Guzmán, preso, lo más seguro es que para siempre, en una cárcel de alta seguridad de Nueva York. También investigaba a personajes de la vida de la región.

Santiago Barroso falleció la noche del viernes pasado, después de que un hombre armado tocó la puerta de su domicilio en San Luis Río Colorado, en Sonora, y le disparó a quemarropa, informaron medios locales citando un comunicado de la fiscalía estatal.

La Fiscalía General de Justicia en el Estado (FGJE) de Sonora informó que investiga el asesinato y precisó que los primeros indicios, recabados a través de entrevistas a testigos, indican que el o los agresores tocaron a la puerta de la casa de Barroso, quien fue agredido cuando la abrió. Alcanzó a correr al teléfono para solicitar una ambulancia. Ésta llegó y lo trasladó a un hospital, pero no pudo salvarle la vida. Los asesinos le hicieron una herida de bala cerca de la clavícula izquierda y dos en el vientre.

Santiago Barroso apenas contaba con 47 años de edad, una edad ideal para hacer el mejor periodismo de cada historia personal de un reportero. Era maestro de la Universidad Tecnológica de San Luis Río Colorado, conductor del programa de radio Buenos Días San Luis, director del periódico digital Red 653 y colaborador del semanario Contraseña. Había estudiado Ciencias de la Comunicación (1989-1993) en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), y trabajó en La Crónica del Grupo Healy de Baja California, así como en La Prensa, periódico ya desaparecido, cuando su director fue Benjamín Flores, también asesinado en julio de 1997.

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el asesinato de Santiago Barroso Alfaro. Jan Jarab, representante de la ONU-DH en México, expresó que “éste y los demás crímenes contra la libertad de expresión deben ser investigados y esclarecidos efectivamente. Sólo de esa manera se podrá enviar un mensaje claro de respaldo a quienes ejercen el periodismo”.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio del periodista. Recordó, a través de un comunicado, que son 145 los comunicadores asesinados desde el año 2000.

La Ruta del Chapo” se titula la última columna que escribió y publicó Santiago Barroso.