Sea quien fuere, no habrá cambios radicales

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Análisis a Fondo

No se asusten con el petate del muerto

Ninguno de izquierda ganará la Silla Rota

Por Francisco Gómez Maza

No vaya usted a creer que los muchachos de Moody’s, la agencia de calificación de riesgo que realiza la investigación financiera internacional y el análisis de las entidades comerciales y gubernamentales, son simpatizantes de tal o cual candidato a la presidencia de la república. Ni de Margarita Zavala, ni de El Bronco, ni de Anaya, ni de Meade (menos de éste), ni mucho menos del satanizado Peje. No. Aunque usted no lo crea, sus análisis, aunque no sean científicos, sino clásicos, son realistas. Y no toman en cuenta, por mandato de sus superiores, o por línea de algún gobierno. Simplemente se guían por el comportamiento de los mercados y del cumplimiento de los compromisos de los grandes deudores, que generalmente son los gobiernos.

En esta tesitura, los chicos de Moddy’s no muestra miedo, y menos pánico, ante la posibilidad de que chano o chon gane las elecciones del venidero domingo primero de julio. Para decirlo más pelado: no son como los empresaritos mexicanitos, pichicatitos, mediocritos, y no tienen miedo, ni menos pánico, de que el Peje gane la elección y sea entronizado como presidente de la república el primero de diciembre próximo. López Obrador ni siquiera conoce a mi amigo Karl Marx, ni a Keynes y los economistas de su equipo en ningún momento han planteado destruir la economía de mercado para instaurar una centralmente planificada, como creen que hará los peñistas, los anayistas, los cúpulos del capitalismo come guajolotas y atole de arroz en las mañanitas, a las puertas de su oficina, si es que no tienen un opíparo desayuno en cualquier lujoso desayunadero o en el Club de Banqueros o en el de Industriales.

Y las noticias provenientes de Nueva York, donde desde principios del siglo XX se asienta la empresa calificadora no sólo son buenas sino inclusive halagadoras. Mientras aquí el Peje es el terror de la derecha, de los adoradores del becerro de oro, de los que piensan como capitalistas, aunque no tengan en qué caerse muertos, los analistas de Moody’s, en base a que las mejores condiciones para la renegociación del TLCAN, y la baja probabilidad de que el próximo Presidente de México ajuste bruscamente las políticas económicas, cambiaron la perspectiva de la calificación del país, de negativa a estable, y a ratificar el grado crediticio A3. Esta calificación es el grado medio-alto, sujeto a riesgo crediticio bajo, lo cual en el lenguaje de los financieros del sistema de libre mercado es fenomenal.

Con este anuncio, la nota soberana de México por parte de las cuatro calificadoras más autorizadas (Moody’s, Fitch Ratings, Standard and Poor’s y HR Ratings) se ubica con panorama estable, ante mejoras en el manejo de la deuda y disciplina macroeconómica. “Los riesgos para el crecimiento, derivados de la renegociación del TLCAN, están retrocediendo, ya que el compromiso entre los miembros del tratado se ha mantenido sólido a pesar de un desafiante proceso de negociación”. Las reformas estructurales (relacionadas con lo fiscal, lo financiero, lo bancario), adoptadas desde 2013, han aumentado la resistencia de la economía mexicana a los shocks, lo que contribuye a resultados fiscales favorables y una disminución moderada en el endeudamiento del sector público.

De acuerdo con los analistas de Moody’s, es baja la probabilidad de que la siguiente administración federal (esté en manos de quien esté), a través de un cambio brusco en la política, debilite las tendencias económicas y fiscales del país.

Aunque las elecciones del 1 de julio están generando incertidumbre política y algunas preguntas sobre la dirección política durante el próximo periodo de seis años de la presidencia, Moody’s estima que es baja la probabilidad de que la próxima administración, a través de un fuerte cambio en la dirección política, debilite los fundamentos crediticios de México”.

Así, destacaron los analistas de la empresa neoyorquina, cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, de ninguna manera está claro que el nuevo titular podrá alterar la dirección de la política, o revertir las reformas implementadas. “El entorno institucional del país, con su variedad de controles y equilibrios, limita los riesgos de crédito a la baja, debido a posibles reversiones de políticas. Y si bien el temor a ese resultado podría minar la confianza económica durante un periodo, los sólidos fundamentos económicos y la estable posición de las cuentas del gobierno son importantes amortiguadores que apoyan la perspectiva estable.

A pesar de la incertidumbre recurrente sobre la futura relación económica entre México y Estados Unidos, la susceptibilidad general de México al riesgo de eventos sigue siendo baja, respaldada por considerables reservas de divisas y un tipo de cambio flexible que sirve como amortiguador.

Así que amigos amantes del dinero, adoradores del becerro de oro. No os preocupéis si, como todo hace parecer, no gana Meade, ni gana Anaya.