Aparecen administradores de la desgracia

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Zona Sísmica

Los rebasó la sociedad civil organizada

óvenes, un ejemplo de solidaridad

Por Marco Polo Aguilar

Ante la desgracia, políticos y gobernantes enseñaron de qué están hechos. Nada halagador fue lo que se escuchó de ellos, después de que un sismo azotó nuestro país, unas horas después de terminar un simulacro para conmemorar los 32 años del temblor de 1985, que coincidentemente fue el19 de septiembre.

Todo parece indicar que las lecciones de la historia siguen pasando sin ver en “la camaleónica clase política”, que tiene en la insensibilidad su tono distintivo y peor aún, un accionar errático que los caracteriza.

Dicen que tropezar dos veces con la misma piedra puede representar un hábito pernicioso y una forma de vida en la que la planeación, el trazo de un rumbo o la preparación que se requiere para hacer frente a los imprevistos, brillan por su ausencia.

La cuestión es que gobernantes y políticos, fueron rebasados por la sociedad civil organizada.

Al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, fue el primero en salir por cuerdas de la zona de desastre repudiado e insultado por la gente que le gritó entre rechiflas: “ponte a trabajar”.

Ya con señales de una sociedad molesta por la impotencia del dolor, el presidente Enrique Peña Nieto se presentó en el colegio Enrique Rébsamen, acordonado ocho cuadras a la redonda, para que la gente no se le acercara y así evitar sufrir el mismo trato que tuvo el secretario de Gobernación.

Luego le tocó al delegado de Xochimilco, Avelino Méndez, al que corrieron a patadas para subir a un camión de redilas en marcha y de paso, aprovechar para reclamarle porque había impedido trabajar en mototaxis a los pobladores de San Gregorio Atlapulco.

Los sentimientos eran encontrados: dolor y política se aprovechaban para hacer reclamos. Eran muchos los aspectos humanos.

De igual forma hubiera sucedido con otros políticos insensibles que prefirieron no pararse en las zonas afectadas por el sismo.

Mientras, el mismo día del temblor, el martes 19 de septiembre, el contraste no pudo ser más opuesto.

Algunos diarios daban cuenta de que el senador Félix González Canto y ex gobernador de Quinta Roo, celebraba entre risas, platillos selectos y bebidas caras con un grupo de sus homólogos allá por el rumbo de Polanco, uno de los lugares más prestigiados en la Ciudad de México, mientras la tragedia se cernía en la zona metropolitana, la capital de la República y otros estados del interior del país.

Ante la apremiante situación, los medios electrónicos cancelaron su programación habitual y se convirtieron en una red social de alerta y de enlace entre las familias que veían perder todo su patrimonio o la pérdida de un ser querido, atrapado entre los edificios en ruinas.

No faltó que algunos medios de comunicación, como Televisa, monopolizaran la información, según dicen en busca de una historia que después puedan explotar y que finalmente, fue la Marina quien aceptó haber entendido mal la aún presencia de Frida Sofía destruido colegio Enrique Rébsamen.

Y es que la clase política y los gobernantes del país, ha dejado de ver, sentir y escuchar las demandas más urgentes de los ciudadanos, quienes los han llevado a detentar cargos, ejercer presupuestos y afrontar decisiones que sólo son de beneficio grupal.

Ante este panorama desolador, fue impresionante ver como brotó frente a la desgracia, la solidaridad de los mexicanos, en particular la de los jóvenes, aquellos que nacieron después de 1985, ese sector poblacional que pudiera influir en el resultado de las próximas elecciones y que en el 2012, su falta de confianza en los actores políticos y en las instituciones, los llevó a evitar tener una participación electoral numerosa.

Ahora, ellos podrían cambiar el destino de México. Mostrarnos que no son el futuro de nuestro país, si no el presente y cambiar, de una manera efectiva, las prácticas políticas y  capitalizar la red que están generando y no echarla por la borda.

Resulta inaceptable cómo políticos y gobernantes se han convertido en administradores de la desgracia y han dejado en el olvido a varios estados del país.

La prueba más palpable es Guerrero, donde después de varios años del paso de las tormentas tropicales Manuel e Ingrid en 2013, que ocasionaron destrozos entre la población más pobre del estado, varios damnificados aún siguen sin recibir sus viviendas, ante los oídos sordos de las autoridades.

Se sabe que debido a irregularidades administrativas o por anomalías en obras de construcción, la Secretaría de la Función Pública inhabilitó por 10 años al diputado local Héctor Vicario Castrejón, en ese entonces delegado de la Sedatu y a Sheila Karin Ortega Muciño, coordinadora de delegaciones de esa dependencia, de la cual era titular el ahora presidente de la Mesa directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín.

Lo anterior quiere decir que la reconstrucción anunciada por el presidente Enrique Peña Nieto representó, de nueva cuenta,  una oportunidad de administrar la desgracia y, desde luego, sacar tajada (material y política) del infortunio que afecta hoy a los guerrerenses.

Ojala que este movimiento convulsivo de la tierra sea, a pesar del dolor para todos los mexicanos, un parteaguas que nos ofrece la vida para generar el movimiento que necesitamos: combatir la corrupción política.

Ya el desastre por el movimiento telúrico y la insistencia de la sociedad civil organizada, finalmente obligó a los partidos políticos a renunciar a parte de los recursos que les otorga el Instituto Nacional Electoral para sus campañas, para ayudar de los damnificados de los estados de Oaxaca, Puebla, Chiapas, Morelos, Puebla y la Ciudad de México.

Aunque otra solución sería no permitir a los políticos de cualquier partido perpetuarse en sus cargos o que estos fueran heredados, por lo que viene a mi mente una frase de Sir George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura en 1925: “Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo…por los mismos motivos”.

Movimientos telúricos…Por acuerdo de la pasada sesión del Consejo Nacional de Morena se donará el 50 por ciento de los gastos de campaña –alrededor de 103 millones de pesos- que se hará mediante un fideicomiso administrado por periodistas, escritores y ciudadanos de inobjetable honestidad, entre los que se encuentran: Elena Poniatowska; Bertha Maldonado; Julio Scherer; Laura Esquivel; Paco Ignacio Taibo ll y Pedro Miguel…los diputados federales Rocío Nahle, Vidal Yerenas y Emiliano Álvarez, elaborarán una iniciativa de Ley con carácter de urgente, a más tardar en la sesión del martes 26 de septiembre, en la que tendrá acciones para poder recaudar 300 mil millones de pesos en total para los damnificados…[email protected]