El Sistema mata los sueños de los niños

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SUEÑOS
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Leyendo las respuestas que George Steiner le da a El País, en su suplemento Babelia, me transporto a mi país, México, para reflexionar en torno a la “educación” que imparte el Gobierno. (Yo la llamo mala instrucción). Particularmente en estos momentos en que una reforma educativa aprobada, irresponsablemente, irreflexivamente, sin conocimiento de causa por el Congreso confronta a una buena parte del magisterio con las autoridades, e inclusive ha impulsado a la dirigencia del sindicalismo oficialista a cuestionar la mencionada reforma por lo que las autoridades ya han aceptado revisar sobre todo el aspecto de la metodología de las evaluaciones al magisterio, que es algo de lo que alegan los miembros de la CNTE, entre otros tópicos importantes.

Yo no estoy seguro que el Estado eduque. Si estoy seguro en que maleduca. Para empezar, la clase política y más la que gobierna en estos momentos el país son hijos de la mala educación, que los impulsa a considerar a la estructura gubernamental, al erario, como un gran tesoro atracable. Se metieron a la política para agandallarse inmensos recursos del Erario que son tuyos y míos. Y de ello hay pruebas irrefutables, desde el estado de México hasta el río Suchiate o el Bravo. Los políticos roban sin mesura. Y si son ladrones cómo van a enseñar a los maestros para que estos enseñen a los niños,  Imposible. El problema no son los maestros. Son los ignorantes encargados de la política.

El reportero de El País le pregunta al filósofo Steiner que si no cree que vivimos demasiado de prisa, como si la vida fuera una carrera de velocidad y no una prueba de fondo. ¿No estamos educando a nuestros hijos demasiado de prisa? A esta pregunta, Steiner responde:Déjeme ensanchar esta cuestión y decirle algo: estamos matando los sueños de nuestros niños. Cuando yo era niño existía la posibilidad de cometer grandes errores. El ser humano los cometió: fascismo, nazismo, comunismo… pero si uno no puede cometer errores cuando es joven, nunca llegará a ser un ser humano completo y puro. Los errores y las esperanzas rotas nos ayudan a completar el estado adulto. Nos hemos equivocado en todo, en el fascismo y en el comunismo y, a mi juicio, también en el sionismo. Pero es mucho más importante cometer errores que intentar comprenderlo todo desde el principio y de una vez. Es dramático tener claro a los 18 años lo que has de hacer y lo que no.

Steiner le recuerda al  reportero que muchos dicen que las utopías son idioteces. Pero en todo caso serán idioteces vitales. Un profesor que no deja a sus alumnos pensar en utopías y equivocarse es un muy mal profesor. Un gobierno, digo yo, que no deja a sus gobernados tener sueños e imaginar utopías, como la de Santo Tomás Moro quien imagina una sociedad perfecta en sus relaciones , algo muy parecido a al paraíso perdido de la humanidad. Lo que Steiner me dice es que el que educa o enseña tiene que enseñar a dudar, el principio cartesiano que engrandece el pensamiento humano. Dudo luego existo. Y la autoridad y el maestro tienen que enseñar al ciudadano y al alumno a dudar inclusive de lo que el gobierno afirma o de lo que el maestro enseña. De otra suerte. Si se mete la información en la cabeza de un niño como se llena de monedas una alcancía, los educadores estarían perdiendo el tiempo y no solo eso sino maleducando. Y esto es lo que hace actualmente el llamado sistema educativo:  Maleduca.

Bien lo dice Steiner.. El error es el punto de partida de la creación. Si tenemos miedo a equivocarnos jamás podremos asumir los grandes retos, los riesgos. ¿Es que el error volverá? Es posible, es posible, hay algunos atisbos. Pero ser joven hoy no es fácil. ¿Qué les estamos dejando? Nada. Incluida Europa, que ya no tiene nada que proponerles. El dinero nunca ha gritado tan alto como ahora. El olor del dinero nos sofoca, y eso no tiene nada que ver con el capitalismo o el marxismo. Cuando yo estudiaba la gente quería ser miembro del Parlamento, funcionario público, profesor… hoy incluso el niño huele el dinero, y el único objetivo ya parece que es ser rico. Y a eso se suma el enorme desdén de los políticos hacia aquellos que no tienen dinero. Para ellos, solo somos unos pobres idiotas. Y eso Karl Marx lo vio con mucha anticipación. En cambio, ni Freud ni el psicoanálisis, con toda su capacidad de análisis de los caracteres patológicos, supieron comprender nada de todo esto.

Así que más le vale a Peña Nieto ordenarle a Nuño a que dialogue en serio con los maestros, porque estos son los que saben. No sólo con los dirigentes del SNTE. También con sus secciones llamadas democráticas, que conforman la CNTE. No están equivocados ni unos ni otros. México se merece una profunda reflexión en todos sus asuntos. Hay que refundar al país. Ahora, tienen que reconocerlo tirios y troyanos, se nos está deshaciendo entre las manos. Miguel de la Madrid juraba y perjuraba que no permitiría que el país se me deshiciera entre sus manos. Pero lo permitió al nombrar al innombrable.

No jueguen con la educación. Y menos con los niños, sobre todo con los niños. Es un asunto de vida o muerte. Peor que la muerte física. Muerte espiritual. Hay ahora millones de mexicanos sin rumbo ni destino. Devolvámosles la esperanza.

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